No fue el segundo fin de semana de marzo. Tampoco será en abril. El tradicional retraso de una hora en los relojes, para adaptarse al horario de invierno, deberá esperar aún más: hasta el primer fin de semana de mayo, según informa El Mercurio en su edición de hoy. Además el Gobierno decidió que el período invernal en los relojes se acortará de siete meses a sólo cuatro meses y dos semanas, pues la hora de verano volverá a partir del tercer sábado de agosto y no del segundo de octubre, como ocurría habitualmente desde 1968. Con esto el Ejecutivo pretende un mejor aprovechamiento de la luz solar. En La Moneda explican que se ha comprobado que retrasar el atardecer impacta positivamente en la calidad de vida de la gente. Tener tardes más largas, agregan, genera más espacio para la práctica del deporte u otras actividades al aire libre, tanto para los adultos como para los estudiantes. Otro estímulo, sostienen en la sede del Ejecutivo, es que el nuevo esquema permitirá ahorrar en el consumo de energía eléctrica. Para un hogar promedio (cuatro personas), detallan, el ahorro total se estima en 4,4% en los meses en que habría regido el horario de invierno y que bajo el nuevo sistema tendrán el uso del verano. Otra ventaja apunta a la seguridad ciudadana. Ya a comienzos de marzo el subsecretario de Prevención del Delito, Cristóbal Lira, informó a "El Mercurio" de un estudio que daba cuenta de una baja en los robos con violencia e intimidación en Santiago al término de la jornada de trabajo -luego de las 18 horas- gracias a la mayor luminosidad del horario de verano. Y para no perderse ante posibles cambios de hora en los equipos electrónicos, puede chequear el sitio de la "Hora Oficial". 
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