Señalando que “la discusión del reajuste al salario mínimo debe efectuarse considerando la presión inflacionaria que afecta, cotidianamente, a los sectores medios y más vulnerables”, la bancada de diputados DC advirtió hoy que “no apoyaremos un reajuste simbólico y que no se condiga con el real aumento en el costo de vida de las familias con menos ingresos; el ICP de los pobres hoy ya supera el 5,04 % y el IPC de los combustibles, el 12, 08 %; datos concretos que deben enfrentar los chilenos con menos recursos y que nos llevan a exigir un reajuste digno”.
Así lo señaló el diputado Patricio Vallespín, quien agregó que “hoy, hay alrededor de 600 mil perceptores del Ingreso Mínimo mensual ($172.000); además, hay otros 300 mil trabajadores que ganan hasta 1,2 ingreso mínimo, lo que revela que hay un 22% de la fuerza laboral chilena que tiene ingresos mensuales modestos. Este sector carece de calificación laboral y no tienen posibilidades de negociación colectiva; por ello, la definición en el Parlamento –durante Junio- del monto del ingreso mínimo debe hacerse con absoluta transparencia y mirando la realidad salarial y laboral de estos trabajadores que reciben el salario mínimo”.
Al respecto, señaló que “si consideramos el IPC de los pobres, el alza en el precio de los combustibles y el IPC de frutas y verduras en los últimos 12 meses, que ya va en 5,7%, y, por contraste, vemos que el índice de las remuneraciones ha subido sólo en un 2,4 %, claramente hay mucho por hacer para avanzar en igualdad”.
Vallespín agregó que “no compartimos el enfoque del Gobierno de sólo destacar la creación de empleos precarios. Ese millón de trabajadores que gana el mínimo o un poco más demandan un reajuste real del Ingreso mínimo. Como DC insistiremos que el Ingreso Mínimo es una herramienta de Equidad Social y que debe reajustarse –a partir del 1º de julio- sobre la base del IPC de los pobres de los últimos 12 meses y un porcentaje de incremento real considerando el crecimiento económico del país”.
El parlamentario agregó que “estamos pidiendo que se instale un Ingreso ético familiar, de verdad, de $250.000 y no estamos de acuerdo con lo señalado en torno a rebajarlo a $180.000. Por lo tanto, no aceptaremos otra propuesta del Gobierno que no sea la de asumir el aumento en el costo de vida de quienes reciben el salario mínimo, esto es, el sector más pobre de Chile“.
Enfatizó en que “mientras los grupos económicos del país informan que ganaron en el primer trimestre US$6.000 millones, tenemos un universo de 600 mil personas y sus respectivas familias, que ni siquiera alcanzan a cubrir las necesidades básicas; no podemos continuar con salarios mínimos que de éticos no tienen nada, por eso, como piso, esperamos que el Gobierno incluya el IPC de los pobres y, obviamente, considere algunos puntos extra considerando el crecimiento económico que tanto ha publicitado”.
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